Día 1. Lunes 13

 Día 1: Sobrevivir al Autobús y la Chancla



¡Por fin! Este año hemos empezado el viaje de esquí con buen pie (aunque una chancla coja nos ha hecho dudar). ¡Hemos llegado al autobús puntuales! Un milagro digno de ser celebrado con champán… o con el chocolate caliente de la estación de servicio. Y sí, esta vez tenemos autobús exclusivo, sin compartirlo con nadie. Por fin somos los reyes del asfalto. ¡Hasta el conductor es un tío salao! Tiene más historias que un abuelo en Navidad, pero se le perdona porque su risa es contagiosa.

A los 60 kilómetros, justo cuando pensábamos que los móviles los mantenían en modo avión, empezaron los primeros susurros tímidos de: “Profe, ¿cuándo paramos para hacer pis?”. Clásico. Que conste que se han prometido hidratación, pero no a este nivel.

El viaje, en general, ha sido sorprendentemente silencioso. Eso sí, los móviles echaban humo. Aunque nos ha dejado con la boca abierta que algunos hayan sacado el libro de lectura. No sabemos si fue por convicción o porque alguien se lo olvidó en casa, pero la escena parecía sacada de un anuncio de colegio modelo.

                                                  


Ya en Masella, hemos hecho nuestra primera parada técnica: recoger el material. Aquí tenemos que quitarnos el sombrero (o mejor dicho, el casco): ¡nuestros chicos son unos fenómenos! Ningún esquí cambiado, todas las botas a la talla, ni una queja… ¡Esto promete!

                                               Y el gustito que da ver el cartel con nuestro nuevo nombre, después de tantos añossssss.

Este será nuestro aspecto a partir de mañana.


La cena ha sido otro espectáculo. Han comido como auténticos guerreros tras una batalla épica. Y, ojo al dato: todas las mesas recogidas. Esto merece un aplauso o una nominación a los premios Nobel de la convivencia. Después, para rematar, lo han dado todo en la discoteca. “Lo han dado todo” podría ser un eufemismo, porque las coreografías de reguetón improvisadas merecen un pase directo a Tajuña Talent.


Los profes, mientras tanto, nos hemos enfrentado a un reto que aún no hemos superado: encontrar un rival digno en el futbolín. Quien nos quiera destronar, que se prepare, porque jugamos como si la Copa Mundial dependiera de nosotros.


                                                             


En cuanto a las anécdotas del día, hemos demostrado que los profes estamos hechos para sobrevivir cualquier apocalipsis (o viaje escolar). ¿Un drama con una chancla rota? Nada que un rollo de celo no pueda arreglar. Si algún día necesitas un puente colgante de emergencia, llámanos.

Mañana nos esperan las primeras aventuras con los esquís. Solo esperamos que los que aún no han visto la nieve no se emocionen demasiado y terminen rodando montaña abajo. Pero bueno, ¡si hemos sobrevivido al primer día, esto ya es pan comido!

Como preveíamos el salón del hotel se ha llenado de pijamas y más chanclas, eso si, no por nuestros chicos. Nosotros somos gente de categoría.

Ahora mismo, 0,55 de la mañana, la frases son: no me puedo dormir, no sabemos apagar las luces de la habitación. Todo son dramas. Nos gustaría deciros que nos vamos a soñar, pero no lo podemos asegurar.

Ya os contaremos.

Esperamos vuestros comentarios mañana.

Algunas de estas durmiendo seguro que esperabais.

 







Buenas noches.




























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